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sábado, 10 de julio de 2010

Capítulo VI: Rumbo a la primera sesión de Quimioterapia.

Habiendo superado los tres meses desde la cirugía y sabiendo que lo ideal es iniciar la quimio como máximo a los 45 días de la misma. Yo la iniciaría 110 días después de la operación. Nadie podrá adjudicarme culpa de esto, porque no solo hice todos los esfuerzos por apresurar cada paso, sino que no existió un solo día en que no me ocupara de cada gestión, hablando por teléfono, yendo las veces que fuera necesario a cada lugar, inclusive molestando a personas para acelerar los trámites. Todo implicaba gastos de traslado, comunicaciones y tiempo de trabajo que luego debo devolver o tiempo personal de descanso o atención de mi familia.
Me indigna pensar en cuantas personas deben pasar por esto y que por carecer de recursos deben desistir, además sospecho que el stress que produce cada situación desagradable o conflictiva es más dañino que cualquier agente cancerígeno y lo que más me fastidia es que en cada paso hay personas con nombre y apellido responsables y culpables de desidia e indolencia y nadie castiga por hacer pésimamente su trabajo, ni tampoco les pesará en su conciencia porque para eso primero hay que contar con una.
Lograr conseguir las drogas necesarias para la quimio no fue tarea fácil. Nadie nos explica el mecanismo administrativo, lo aprendemos de tanto darnos la cabeza contra la pared.
La ficha que el médico confecciona para tratamientos prolongados se entrega en la farmacia, ésta la carga en un sistema de Iapos y es la obra social la encargada de la compra, la farmacia es un mero instrumento intermediador, ni siquiera tiene ganancias sobre esos productos, me relataron incluso que se les cobra el IVA y luego lapos se lo devuelve. Me cuesta creer este mecanismo, quizás obedece a un intercambio de favores que de alguna manera se paga, pero es una idea sin fundamento …
La compra de los productos demora 4 o 5 días, en mi caso pasaron 10 días y nada, hablaba por teléfono a la farmacia y me decían que hable a Iapos, al 0800, call center, para hacer el reclamo. MY GOOOOODDD!!!, traten de no usarlo, estoy convencida que buscan jóvenes con el más bajo coeficiente intelectual y les dan una serie de formulas para que lean recitando ante cada reclamo, me aseguraban que la farmacia compra los productos.
Finalmente recibo un llamado de la farmacia que tengo los remedios, me dirijo raudamente a buscarlos y noto que eran 6 frascos de dos drogas y las recetadas eran tres, les reclamo y me explican que ellos no saben nada, que hable a Iapos. Solo pensé más de la misma inoperancia…
Fui a la Obra social al sector de medicamentos y alguien que me pareció sabia un poco del tema me explica que Iapos los compra, la droguería los lleva a la farmacia, pero que el problema era que el Dr. pedía una droga de un laboratorio específico Doxo, que no había en existencia, estaban gestionando la Ciclofosfamida de otro Laboratorio. Esta droga viene en unos frascos tiene color rojo intensísimo y el prospecto señala que no deben ponerlo fuera de la vena porque provoca NECROSIS del tejido. WHOUUU!!!. Hay que hacerse de mucha valentía para dejar que te lo coloquen.
Como anécdota al consultar a la responsable de la QT, me dijo que no decía DOXO sino DOS frascos de la droga, que la letra del DR. es un poco confusa pero decía “dos”. A esta altura me parecía buena idea que hubieran reejecutado la obra del puente colgante, sería un buen lugar para arrojarme.
Finalmente me consiguen la droga y pido turno para la QT, de paso cuento que con la Clínica es imposible comunicarse por TE, si bien vivo a 10 Km., pierdo menos tiempo si voy personalmente.
Para mi alegría iniciaría la QT el 16 de octubre del mismo año en que fui operada, sentía ganas de festejar, pero a su vez temor por saber que me tenía que enfrentar a algo desconocido que provoca síntomas severos como descompostura de estómago, caída del cabello, inmunodepresión, etc…