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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Capítulo XXI: Tomar conciencia

Han transcurrido 13 días del mes de setiembre, al normalizarse mi vida, creo haber tomado conciencia que esta enfermedad va a acompañarme el resto de mi vida, en forma callada, solapada y hasta traidora intentará darme siempre una estocada, pero mi voluntad y energía no le permitirán hacerme daño, creo más que nunca que puedo vencerla, no debo permitirle que avance, para ello es vital que no disminuyan mis fuerzas, no debo ceder al estrés, por ejemplo, debo redimensionar los tiempos que dedico a cada una de mis actividades, mi trabajo no debe preocuparme ni ocupar más que las 8 horas diarias. No debo dejar que los sinsabores me afecten, aún cuando ocurran situaciones de presión, debo pensar fríamente que no deben afectar mi estado mental o físico, esto dicho tan sencillamente no es muy fácil de aplicar, tiene que ver con mis 32 años de dedicación a pleno, años de hacer todo tipo de tareas, accediendo a innumerables pedidos sin analizar que me correspondieran o no por mi funciones, es algo que me resulta imposible de evitar, nunca puedo decir que no a una solicitud de trabajo, disfruto poder ser de utilidad, así pues he realizado todo tipo de tareas, administración de bases de datos, que es mi obligación de acuerdo a mis funciones, diseño gráfico (éstas son las actividades que realizo con mayor agrado, las considero muy creativas y me representan un desafío permanentemente), dictado de cursos, soporte a usuarios en Bases de Datos e inclusive en herramientas de oficina (increíble pero muchos expertos informáticos no saben usar software relacionado a la ofimática), lo cierto es que jamás he dicho que no a alguna tarea requerida implicando muchas veces tener que permanecer más allá de mi horario de la jornada habitual, así como someterme a presiones por tiempo y por dificultades propias de algunas tareas. De alguna forma debo tratar de no involucrarme en obligaciones que no me correspondan, o al menos asegurarme que me den mayores plazos para poder cumplirlas, todas las solicitudes son para ayer.
Además de mi trabajo se me ha complicado un tanto mi vida, por la salud de mi madre, sus 92 años le están pasando factura a su cuerpo, pero también aumentó el tiempo que necesito dedicarle, siento que regresó el período similar al de mi juventud, con dos niños a cargo, dónde las horas de sueños se veían siempre suspendidas, en este momento debo asistir a mi madre ya que ha dejado de ser independiente en casi todas las situaciones, obligándome a cuidarla en todo momento, sus movimientos se ven sumamente dificultados, corriendo peligro de caídas que implicarían daños irreversibles.
El esfuerzo que debo hacer me provoca cansancio físico, pero fundamentalmente el miedo a enfrentar su muerte me altera sobremanera, no creo que pueda estar preparada a pesar que permanentemente me digo que debo sentir cierta resignación ante lo inevitable, de cualquier manera, pienso que afrontarlo no debe ser fácil para nadie.
El escribir esto me hace dar cuenta de cuantos temas no tenemos realmente resueltos en nuestra vida.
Casualmente hoy a la salida de mi trabajo tengo turno con el oncólogo que me trata, Dr. Blajman, parece increíble que hayan pasado dos meses desde mi última consulta, cada control me trae las dudas y temores del fantasma de la recidiva o recurrencia, o como quieran llamarla los expertos, lo cierto es que los día previos empiezo a inquietarme muchísimo, no veo la hora de superar este control, tampoco me gusta esto de tener que superar cada dos o tres meses esta prueba, sufro muchísimo hasta el momento en que hablo con él, pero su optimismo me contagia, hoy espero que conteste mis dudas, está en deuda conmigo, creo que es una estrategia la suya de no darme datos concretos de estadísticas, insistiré, me lo debe.
En definitiva, luego de “colocar” a mi madre en casa de mi hermano, para ello debí recorrer la ciudad de norte a sur, llegué al Instituto del Dr. Blajman, retiré mis análisis, los valores eran perfectos, salvo un poco elevada la fosfatasa alcalina, producto de haber tomado fluconazol, una droga prescripta para una lesión en la piel de mi hombro, que me provocaba prurito. Al aguardar en la sala me enteré que mi buen doctor se había retirado recientemente, luego de atender a pacientes que lo visitan por primera vez, lo que implicaba que volvería en una hora aproximadamente.
Mientras aguardaba pude avanzar con la lectura de Andamios de Mario Benedetti, narra los encuentros y desencuentros de Javier Montes, que tras doce años de exilio, regresa a Montevideo con sus nostalgias, prejuicios y soledades. Ese personaje va construyendo esos andamios que le permiten crear un mundo nuevo en el que caben todas sus esperanza, tiene interesante diálogos, si bien no me atrapó completamente, me pareció un relato muy sentido e imaginé que tiene mucho de autobiográfico, por lo sincero y realista que es cada relato. En esta etapa de mi vida no me siento con deseos de revivir situaciones dramáticas de los seres humanos y su entorno, pero reconozco que se deja leer.
En la sala de espera conversé con dos mujeres que casualmente hicieron recidivas de sus tumores de mama. Como siempre algunos impacientes pierden los estribos por la larga espera y otras defienden al Dr. diciendo que si no quieren soportar la espera pueden elegir otro profesional. Una de estas personas había sido atendida por una de las doctoras del Instituto, concurrió preocupada porque sentía un nódulo, la doctora le dijo que era la costilla, ella no quedó conforme y visitó al gran César, quien le descubrió un nódulo muy grande, recidiva de su enfermedad. Si había llegado preocupada por este tema imaginen como me sentía luego de los testimonios escuchados.
Cuando me atendió, muy amablemente me volvió a decir que estaba fantástica, me preguntó si continuaba bajando de peso, miró mis análisis, tomando nota de todo, me hizo la revisación de rigor, como le costó entrar en el espacio entre la camilla y la pared no pude sustraerme y le dije que a medida que yo perdía kilos, un oncólogo que conocía, los ganaba. Me dijo que no era cierto, que estaba haciendo un régimen, que había bajado de peso. Me pidió que me hiciera una mamografía y se la llevara cuanto antes, ofendido aún, me recordó que yo le había regalado un libro y ahora lo agredía. Me hizo sentir culpa, le pedí perdón diciéndole que lo mío era producto de cierto egoísmo, que quería que viviera 100 años y para ello debía adelgazar, creo que este comentario no mejoró la situación. Hasta hoy no me perdono haberlo ofendido.
Le pregunté si el resultado de la mamografía se lo podía llevar en dos o tres meses, pero me explicó que debía verlo en octubre para no extrañarlo tanto... Esto me preocupó un poco, insistí que quería saber datos, me señaló que era imposible hacer pronósticos. Que no me podía decir si tendría metástasis en hueso, pulmón o hígado, que lo dejara en sus manos. Por supuesto en esta ocasión no fue nada tranquilizante, mi estado de ansiedad permanecería hasta tener los resultados. Ante mi insistencia me dijo que transcurrido tres años tendríamos cierta certeza de no recidiva.
Tres años, parece tantísimo tiempo …
Me despedí de mi estimado doctor pensando en que pronto lo vería de nuevo, deseando que fuera con menos grado de ansiedad, preocupación y que para entonces él olvide mi inapropiado comentario sobre su peso.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Capítulo XIX: Casos increíbles

En la sala de espera, si bien llevo un libro para pasar las horas y tratar de no involucrarme con los pacientes que en la mayoría de los casos presentan enfermedades muy graves, quizás sea egoísmo, pero me afectan profundamente sobre todo si se trata de personas jóvenes que aún no han vivido lo suficiente como para tener que estar afrontando tantas dificultades, es inevitable escuchar algunos casos que podemos considerar asombrosos.
A veces se da la charla, como me ocurrió con una mujer de unos 69 años, que me decía que el Dr. Blajman tenía a veces un pésimo humor, que en una oportunidad le levantó la voz, haciéndola llorar, se ofendió y decidió ir a otro oncólogo, al tiempo se dio cuenta que no había sido buena idea y regreso a él, me dijo .. cual perro arrepentido. En principio a ella se le inflamó un ganglio debajo del brazo, fue a un médico que le medicó antiinflamatorios, durante muuucho tiempo, descartando otras enfermedades. El ganglio tenía gran dimensión, pero ella estaba muy tranquila y confiada. Una amiga la invita a ir del padre Ignacio, quien al verla le da una medallita tocando su axila, le dice que tiene cáncer, muy sorprendida y llorando retorna a Santa Fe decidida a ver otro profesional. Luego la Dra. Felagio la opera y le dice que es cáncer del sistema linfático, sufre una angustia horrible, a los pocos días el anatomo-patólogo le avisa que para él no es linfático sino cáncer de mama, cosa que por otra parte era visible en la mamografía pero que la Dra. no había considerado. Según ella esta doctora dice que opera pero el que interviene es otro profesional, el Dr. Gastaldo, que a ella su familia la vio muy producida, llena de joyas y al otro médico lo vieron totalmente transpirado en el momento posterior a la cirugía. Luego de esto decide ir a ver al Dr. Blajman, quien al ver los estudios le asegura que se trataba de cáncer de mama, que su experiencia era concluyente, le hace QT y luego de 7 años la Sra. está en perfecto estado. Aún luego de este testimonio, me cuesta creer en el padre Ignacio, pienso que tiene un gran poder de observación, mucha experiencia y habrá signos que observa en las personas, que le permiten deducir las enfermedades, de cualquier forma creo que si las personas creen en él, esa fe les ayudará a tener mejor ánimo para afrontar sus crueles padecimientos. Me preocuparía que por sus creencias las personas dejaran de tratarse con la medicina tradicional. Fomentar eso es sencillamente criminal.
Otro caso sorprendente: Mientras aguardaba en la sala de Radioterapia conversé con una mujer, me contó con alegría que ya había pasado la QT, me relató que el óncologo que la atendía en Rafaela le negaba rotundamente que los síntomas como prurito, ampollas, dolor de huesos, descompostura general fueran producto de las drogas, sostenía que no tenían nada que ver con su tratamiento, esta mujer se daba cuenta que le mentía, pero no salía de su asombro, yo no comprendo que estrategia usaba ese profesional para engañar de esa manera a una paciente y que fin perseguía, ante casos así pienso que debió existir alguna razón lógica para engañarla, pero imagino el desconcierto de esa mujer imaginando que extrañas enfermedades la estaban persiguiendo.
Y otro: Una paciente con la que compartimos las sesiones de radioterapia me contó que ella se hacía los controles de rutina cuando le detectaron en el 2009 un tumor de 1,2 cm en su mama, fue a Rosario para una segunda consulta y el especialista de allí, Dr. Alvarado Gardiol le pidió los estudios anteriores, del 2008 y le señaló que ya en esa mamografía tenía el tumor, ella no podía entender como los tres expertos que vieron los estudios no detectaron el cáncer y en cambio el Dr. de más de 80 años de Rosario fue capaz de observarlo, me decía que quedó perpleja y le recorrió un frío en todo el cuerpo cuando éste le señaló la imagen. Seguidamente fue al instituto de Blajman para hacer la QT, la atendió la Dra. Roxana quien le aconsejó una QT suave , pero ella le dijo que tenía tres hijos que criar y que no pensaba morir, que quería la QT más fuerte, según sus conocimientos, me decía, la más suave no evita recidivas, la Dra. consultó con el Dr. Blajman quien determinó que le hicieran la más fuerte. Me sorprendió su fortaleza y convicción cuando me decía que no pensaba morir por unos 15 años, al menos hasta que sus hijos ya fueran adultos, me pareció una madraza en todo el sentido de la palabra.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Capítulo XVIII: Retorno a mis actividades laborales

El 20 de agosto debí retomar mis actividades laborales, interrumpidas el 12 de noviembre del año anterior, es decir, luego de 9 meses de licencia médica, casualmente coincidente con el período de un embarazo, decidí retomar mis tareas a pesar de los insistentes consejos de mis compañeras que me instaban a que me tome más licencia, Grace me mando un mensaje el día anterior con este texto: “no es el mejor momento para volver”. A pesar de ello ya había tomado mi decisión y sentía que si dejaba pasar tiempo me costaría más el retorno.
A pesar de los consejos, el día viernes 20, a las 6 de la mañana estuve presente en mi lugar de trabajo. Reconozco que me sentía un tanto extraña, a medida que llegaba al cuarto piso, me encontraba con compañeros que se retiraban luego de haber cumplido el turno noche, me saludaban con efusivos abrazos y palabras de bienvenida, en mi Departamento estaba Mingo y Claudio. Me instalé en mi escritorio que no había sido modificado en absoluto, lo primero que hice fue dedicarme a hacer una profunda limpieza, tirando papeles y elementos que estaban de más. Esta tarea me llevó casi toda la mañana. Me reencontré con mis compañerosjavascript:void(0) quienes me informaron que el día anterior fueron notificados de dos documentos, el primero por el que sancionaban a mi jefe y a dos compañeros, Claudio y Fito, por incumplimiento en sus labores, según me decían, estaban desarrollando un sistema para la Policía y debían entregarlo en Noviembre, reiteradamente solicitaron más personal para el análisis y desarrollo del mismo, pero los funcionarios hicieron caso omiso, de cualquier manera, habían trabajado denodadamente para lograr avanzar y si bien la fecha de entrega era noviembre fueron sancionados en agosto, el apercibimiento quedaría en sus legajos. El segundo notición y que desnuda la razón de los apercibimientos, fue un decreto por el que mi jefe perdía la subrogancia que tuvo por 16 años, descendiéndolo a su categoría de revista como Administrador de Bases de Datos, disponiendo en el mismo decreto la división del Departamento en dos, Desarrollo por un lado y Bases de Datos por otro. Según mis funciones yo pertenezco al sector de Bases de Datos, pero mi nombre no figura en el Decreto, por lo tanto quedo en los papeles en Desarrollo e Implementación. Dado mi profundo convencimiento que el estrés no favorece mi salud, no haré ningún intento para que corrijan esto, simplemente dejaré que hagan lo que quieran, en desarrollo puedo dedicarme al Diseño Gráfico, tarea para la que estudié una carrera en la Facultad de Recursos Hídricos y me resulta muy gratificante. Les digo a mis compañeros que estoy en la situación ideal, si Molle me pide trabajos como SDBA le señalo que no estoy incluida en el decreto y si el otro jefe, Alberto, me solicitara algún trabajo le digo que soy SDBA y así sucesiva y caraduramente, ja, ja, ja.
Por otro lado me sentí cómoda cumpliendo las 8 horas diarias y pude organizarme bien con el cuidado de mi madre y las tareas de mi casa, con la ayuda de mis maravillosos hijos, Mar y Mau.
Al salir del trabajo me voy a caminar a la Costanera, me hace sentir muy bien, me despeja y ayuda a aclarar mis ideas, se lo recomiendo a todos, es económico y saludable.
Como debo seguir trabajando unos 6 años más lo mejor que puedo hacer es tomar con serenidad y calma todos los problemas que surjan, dificultades técnica, gremiales, políticas, etc.
De aquí en más, respecto a mi enfermedad debo llevar una agenda con los controles, análisis, radiografías y mantenimiento del catéter necesarios, si todo va bien, imagino que éstos se irán haciendo más espaciados, eso espero. Cada semana debo hacer algo relacionado a mi enfermedad, respecto al catéter, lo debo tener por cinco años, entiendo que luego debe ser extraído, la razón de mantenerlo es que si necesitara una nueva Quimioterapia, lo volvería a utilizar, es una contradicción un tanto molesta, según me dice el oncólogo que me trata, Dr. Blajman, no volveré a tener problemas (según sus deseos, imagino) pero por las dudas debo mantener el catéter en condiciones inyectándome heparina cada 45 días, precisamente hoy me toca hacerlo, saldré del trabajo unos minutos para cumplimentar esto. Además de esto mi vida transcurre normalmente, tengo una carga infinita de optimismo y tranquilidad.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Capítulo XVII: Reunión de reencuentro con mis amigos

En oportunidad de hablar a mi trabajo con el Departamento que maneja las cuestiones de Recursos Humanos, conversando con la Jefa de Personal, Graciela, me sugiere que sería muy lindo que nos juntáramos algunas viejas amigas del entorno laboral, (no se debe interpretar mal, no dije amigas viejas) lo cierto es que me alegró su propuesta y accedí a participar de la reunión con mucho gusto.
A los pocos días me llama para confirmarme fecha y lugar, se llevaría a cabo el viernes 6 de agosto en un lugar llamado Costa Litoral, recibí varios llamados y mensajes de muchas amigas para confirmar que fuera, lo que me hizo sospechar que la reunión había adquirido cierta trascendencia y ganado importancia.
Ese día partí con mucho ánimo a buscar a Grace, para llegar al sitio previsto. Gratísima y emocionante fue mi sorpresa al ver tanta gente que aprecio sinceramente, participamos casi 30 personas, algunas recientemente jubiladas, otras ex compañeras que trabajan en diferentes lugares, todas vinculadas al mundo de la informática, mi primer y segundo jefe, fue una reunión muy amena y conmocionante para mí. Todos elogiaban mi condición, los kilos perdidos, el cabello corto, lo primero que me dijo Edgardo, mi jefe, fue que parecía María Marta Serra Lima por el corte de pelo, creo que me gustó más que lo dicho por mi hija, que me llamaba la Raulito. Pasamos muchas horas muy amenas y creo que todos estábamos emocionados por vernos, recordando momentos de únicos e inolvidables de con anécdotas e historias que compartimos: Me pareció muy halagador que la reunión me tuviera como excusa para unirnos en tan grato momento, incluso los que faltaron me mandaron sus cariños y explicaciones de su ausencia, Fernando el más joven del grupo paso con su bella esposa para estar un ratito juntos. Me hicieron un presente precioso, tres plantas muy bonitas, dos begonias y una estrella federal, me propuse cuidarlas y atenderlas para que mantengan mucho tiempo sus hermosas flores. Por suerte pude demostrar mi felicidad entregando un pequeño y humilde pero sentido presente a todos mis amigos, les obsequié una lapicera con una poesía:
Me sirve no me sirve (Mario Benedetti)
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve
no me sirve tan mansa
la esperanza
la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve
no me sirve tan sabia
tanta rabia
el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve
no me sirve tan bueno
tanto trueno
el coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve
no me sirve tan fría
la osadía
si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazón alerta
si me sirve
me sirve cuando avanza
la confianza
me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve
me sirve la medida
de tu vida
me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve
me sirve tu batalla
sin medalla
me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve
me sirve tu sendero
amigo, compañero

Otras poesías que me gustan mucho del autor uruguayo:
Credo (Mario Benedetti)
De pronto uno se aleja de las imágenes queridas amiga
quedas frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mi
vos sabés
en esta excursión a la muerte que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño
está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios
a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.

La gente que me gusta (Mario Benedetti)
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni como lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me doy por bien retribuido.

Que placer me da compartir estas palabras tan bellas y sentidas!!.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Capítulo XVI: Final del tratamiento

Una vez concluido el tratamiento de radioterapia, debí visitar a mi oncólogo titular, me refiero al Dr. Blajman, había sacado turno para el día 27 de julio, pero unos días antes me lo pasaron al día 26 debido a que el Dr. debía ausentarse de la ciudad, por una información publicada en la web sospeché que concurriría a la 4ta. Conferencia de Cáncer de Pulmón, siempre es alentador para los pacientes que los profesionales participen de jornadas de capacitación, vinculadas a enfermedades sobre las que la ciencia hace permanentes descubrimientos, sería lamentable que teniendo una especialidad tan delicada no se actualizara y por eso es, posiblemente, un profesional tan reconocido y valorado en el ambiente.
Lo cierto que el mismo día que mi hermano Cardo cumplía años, debí visitar a este Dr., si bien tenía turno a las 16 hs, debía sospechar que pasaría la tarde aguardándolo, con paciencia me armé de un libro para leer en la sala de espera, así fue que a eso de las 19 hs. me hizo pasar, pero como siempre estando dentro del consultorio, debí continuar aguardando por más de una hora para que me atienda, el celular del Dr. ardía de llamadas, pacientes que le hacían consultas, a todos le explicaba que viajaría esa noche, finalmente pudo atenderme, como siempre muy amable y gentil, se sorprendió de verme con mucho menos peso, tomó nota de mi peso, en rojo lo remarcó diciéndome que lo señalaba especialmente, me dijo que yo había realizado muy bien las cosas, felicitándome, en realidad creo que no tenía otra opción, luego de algunas bromas me hizo la revisión de rutina, palpando ganglios y mamas. Le solicité que responda algunas dudas que tenía, como siempre me señaló que lo haría con gusto, hace tiempo que me preocupa saber datos estadísticos de recidivas o metástasis para casos parecidos al mío en cuanto a edad, antecedentes, dimensión del tumor, axila negativa, etc. Lamentablemente su idea es que es mejor que no me preocupe por eso, no quiso darme las estadísticas que yo buscaba, me aconsejó que no busque en internet, que no me servían de nada, le manifesté que no me convencía, que yo creía que era necesario saber, me dijo que yo era muy “pensativa”, creo que quiso decir otra cosa, me indicó que él me haría los controles que son protocolares cada tres meses, que incluso no era necesario que viera al oncólogo radioterapeuta, que él seguiría mi caso, que está todo controlado. Si bien confío en él, de manera casi obsesiva, presumo que mi mente no quedará tan tranquila como quisiera, hay algo que escapa a mi racionalidad, deseo saber al menos cuales son las chances, según las probabilidades, de hacer recidivas. Intentaré en la consulta de setiembre reiterar mis inquietudes, estoy seguro que si hay alguien con capacidad para contestarme con cierta veracidad por conocimiento y experiencia, es él. Luego de hacerme la orden para análisis con fecha setiembre, se despidió como siempre con mucho afecto, le dije que antes de salir debía abrigarme y saqué de mi bolso un gorro de color rojo intenso con un borde negro, al verlo se sintió conmovido, graciosamente me dijo que esos colores lo motivaban, eran los colores del club del cual es fanático, lamenté no poder regalárselo porque era muy caro a mis sentimientos ya que lo había tejido mi hija Mar. Me sentí un poquito incómoda con esa situación finalmente me despedí con el compromiso de vernos en el control de setiembre.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Capítulo XV: Primer Aniversario del mal, continuando con la radioterapia

Llegado el 8 de Junio, ha transcurrido un año desde que me detectara el tumor e iniciara este proceso, estas páginas que escribo me dan la pauta que he dedicado un año de mi vida a esto, pero no estoy arrepentida, he realizado algunos cambios que me agradan y ayudan a sentirme mucho mejor. Como creo haber mencionado anteriormente, he formulado mis prioridades con otras ideas, disfruto de la compañía de mis amistades, me reúno con quienes aprecio, escucho música, veo cine, incluso me hago tiempo para el teatro que siempre he dejado de lado, me agrada caminar todos los días por la costanera, es reconfortante y me ayuda a despejar mi mente, solamente me falta energía para tomar una determinación, creo, la más importante, es una decisión que estoy postergando, aún cuando ya está tomada, me falta concretarla. No escribiré de que se trata, solamente lo podré narrar cuando lo haga efectivo y real.
Estoy en la 5ta sesión de rayos y por suerte va todo bien, creo que no aclaré que debo estar en la zona sur de la ciudad a las 7 de la mañana, yo vivo en el límite norte de la misma, como tengo problemas para conciliar el sueño, me viene bien despertarme antes de las 6 de la mañana, a pesar que son días de intenso frío, lo prefiero así, me rinde más el día para hacer las cosas que quiero. De paso mi madre aún cuando regreso está dormida y no debo llamar a nadie para que la cuide.
He transcurrido ya por 8 sesiones de radioterapia y no tengo síntomas de importancia, al menos no creo poder adjudicarle a los rayos algunas molestias en el estómago, cierto cansancio y trastornos de sueño, creo que son efectos residuales de la QT.
Tampoco puedo adjudicarle a los rayos mi fastidio por el inicio del mundial de fútbol, si bien me gusta este deporte, me atrae el entorno, el césped, el colorido, me entusiasmo cuando un jugador hace jugadas eliminando a su oponente, no soy tan fanática como para ver por TV tantas horas de lo mismo, además me parecen estúpidos muchos de los comentarios de la mayoría de los pseudoperiodistas, como cuando analizaban con toda seriedad que como en 1978 ganó el Oscar a la mejor obra extranjera, una película argentina y la selección de nuestro país ese mismo año ganó el mundial, en el 2010 se repetiría ese doblete, mi mente no entiende que puedan usar tanto espacio de TV y prensa escrita para hacer una deducción tan sin sentido, no le encuentro relación alguna, si un jurado votó por una película muy interesante como podría eso influir para ganar un mundial de fútbol, además si se ganara el mundial sería por méritos de los jugadores y del equipo técnico que selecciona y arma la estrategia del equipo. En realidad durante un mes estaremos expuestos a escuchar tanto disparate, además hay un sinfín de actividades que parecen paralizarse por el mundial, si bien puede ser atractivo para algunas personas, no tiene porque detenerse el mundo para ver rodar una pelota, yo respeto el deporte, pero debe ser tomado como algo recreativo, una diversión, no la única razón de vida y menos otorgarle esa seriedad grandilocuente que acostumbran los medios, hay excepciones, creo que Gonzalo Bonadeo es un poco más sensato, me gustan algunos comentarios, por ejemplo lo ví cuando visitaba una reserva dónde se puede jugar con chitas, tocarlas y acariciarlas, siempre menciona detalles interesantes, que no tienen que ver con el fútbol, como su visita al Museo Nelson Mandela, que fue muy interesante.
Si pudiera soportar estar horas mirando el TV, tomaría nota de todos los disparates que dicen, para documentarlo, pero me parece demasiado sacrificio, me gustaría que alguien lo hiciera y publicara las notas, (que vivilla!!).
De todo lo publicado sobre este deporte tan popular lo más interesante que pude apreciar fue la charla que tuviera Santo Biasatti con Eduardo Galeano, este escritor uruguayo es fanático incondicional del fútbol, escribió entre otras cosas: El fútbol a sol y sombra, como yo lo admiro mucho mantuve mi interés en el programa y para mi sorpresa fue muy agradable, Galeano dio datos que nunca se escuchan en los medios, como ser que Uruguay fue el primer equipo de fútbol que hizo participar a jugadores negros, gracias a uno de ellos ganó un mundial, lo increíble fue que Chile presentó un reclamo porque había participado un negro en el equipo, aduciendo que sería africano, según Galeano su pequeño país, casi despoblado, tiene una trayectoria de triunfos en competencias internacionales de este deporte que ningún país supera. Según su criterio, si a un uruguayo no le gusta este juego deberían sacarle el pasaporte, algo exagerado no?. También aclaró que si bien en equipos como Alemania, Inglaterra participan negros, fuera del fútbol la discriminación sigue existiendo. Relato también sus discusiones con un gran escritor Osvaldo Soriano, también amante del fútbol, que cuando él estaba escribiendo el libro sobre este tema, le insistía en que pusiera que el máximo goleador fue Sanfilippo, jugador de San Lorenzo, del cual era hincha fervoroso, pero en realidad no era un dato objetivo, Galeano le dio ese título a Enrico, Soriano no se perdonaba el no poder convencerlo.
De paso habló de sus maestros Onetti y Benedetti, dos figuras de la literatura uruguaya, mencionado la generosidad de quienes fueron sus maestros. Al morir Mario Benedetti Galeano autor del célebre libro "Las venas abiertas de América Latina", insistió en no querer "palabrear" el dolor y prefirió expresarlo a través del "silencio". "Los amigos lo llevamos dentro", se limitó a añadir el escritor, quien al ser preguntado por los medios locales también manifestó: "¿Qué puedo decir? El dolor se dice callando".
Recordó la importancia del silencio y señaló lo dicho por un amigo,…”lo dicho o escrito solo debe ser si es más importante que el silencio”. Sostuvo que en su caso si consideraba que no lo era lo rompía, al menos tuvo la dignidad de decir quizás no era mejor, pero valía el intentarlo.
Siguiendo con el fútbol aprovecho la oportunidad para mencionar que el Dr. Blajman, el más prestigiosísimo y renombrado médico oncólogo de mi ciudad y zona de influencia, es fanático del Club Colón. En una oportunidad mientras me atendía a las 2 de la mañana, porque había suspendido los turnos del día anterior para viajar a Bs. As. a ver el partido disputado entre Boca y Colón, que saliera cero a cero, me mencionó esto, sin pensar le dije que no comprendía cómo podía ser que una persona tan inteligente sea fanática de algo tan poco interesante, de inmediato me arrepentí de lo dicho, lo cierto es que no tenía ningún derecho a opinar al respecto, él amablemente me explicó que era su forma de desconectarse de los problemas, un cable a tierra, me pareció lógico, solamente que dado los tristes e infelices resultados del Club de sus amores a lo largo de cada campaña, no me imaginaba como le podría significar una descarga, evidentemente este hombre nació para sufrir. En fin, el instinto de conservación de la especie humana se está perdiendo lenta e inexorablemente.
Como anécdota, comento que el viernes el Instituto fue robado por ladrones que ingresaron a las 6 de la mañana, rompiendo un vidrio lateral, como el local tiene alarma solamente se apropiaron de un monitor de la PC de la secretaria, dejaron el resto del equipo, la empresa de seguridad alertó a la policía, pero no se presentó en el lugar en ningún momento, el encargado del local alertado por la empresa llegó cuando los intrusos ya no estaban. Pensaba que yo también pagaba un servicio de alarma y estoy a varios kms. de la seccional de policía, si no concurrieron a este lugar que dista unas pocas cuadras de la seccional, imagino que no hay chances que se acerquen a mi casa si fuera asaltada y me temo que el ruido de la alarma ya no inquieta a ningún ladrón, al parecer ellos saben perfectamente que la policía no se hará presente.
Respecto al tema de la Inseguridad en nuestro país creo que es el resultado de políticas nefastas, de la falta de trabajo y educación, de los programas sociales que entregan dinero a personas saludables sin exigir retribución laboral alguna, lo que destruyó la cultura del trabajo de una manera pavorosa. Luego de haber participado en asociaciones cooperadoras durante más de 20 años, puedo asegurar que la comunidad ha empeorado notablemente en estos aspectos, precisamente trabajé en forma ad-honorem presidiendo la cooperadora de un Jardín de Infantes, hoy oficializado, provincial, de acceso libre y gratuito y luego en el mismo tipo de organización del Centro de Salud de mi barrio, en ambos casos inicié mi gestión sin que tuvieran local propio, alquilando a mi nombre los locales y luego de muchos esfuerzos logramos que el estado provincial aportara lo necesario para la construcción de los edificios, lo que garantizó el futuro de esos organismos. Esta actividad me permitió conocer la comunidad en profundidad y con el correr del tiempo observé con estupor y pesadumbre la degradación de valores como honestidad, amor propio, dignidad, decencia, honradez, son virtudes cuya ausencia impactan notablemente en la calidad de toda la sociedad, generando personas marginales para quienes su vida no tiene valor y por propiedad transitiva, la vida de cada individuo tampoco vale nada, pudiendo ser segada para obtener unas monedas. De paso comento que al igual que renuncié a estudiar en la facultad, decidí renunciar a la Cooperadora, convocando a elecciones y cediendo mi puesto y el de las personas que me acompañaron tantísimos años, a un nuevo grupo de personas que se hicieron cargo de la ONG.
El día lunes 14 de junio luego de rayos, me avisaron que debía verme el médico, es una rutina, una vez por semana a todos los pacientes los debe controlar uno de los tres médicos del Instituto. En mi primer control me atendió el Dr. Marcelo, solamente leyó mi ficha y me comentó que el próximo lunes me pediría análisis, que aún no tenía sentido que me revisara dado el poco tiempo de sesiones que me fueran aplicados. Sin más pasé el primer control, fue como un anticipo.
El martes empecé a sentir alguna molestia en mi pecho, especialmente en el pezón, noté cambios de color y turgencia, también algo de dolor en la mama, como si estuviera algo inflamada, no sé si debe a la radioterapia, mañana lo consultaré con los técnicos, de lo contrario deberé aguardar hasta el lunes próximo que tendré el control con el médico.
Según el técnico los síntomas se deben a la radioterapia exclusivamente. Así es que debo serenarme y pensar positivamente.
Habiendo transcurrido más de la mitad del tratamiento debo decir que me siento muy bien, no se compara con los efectos que produce la QT, si bien los recuentos de globulillos no dan muy bien, no me afecta mucho en mi cuerpo, solo tengo alguna molestia leve en la mama afectada y algo de cansancio. Sigo con los pies entumecidos, pero estoy muy bien de ánimo.
Hoy llevo 27 sesiones de radioterapia, solamente tengo un leve enrojecimiento de la mama, algo de dolor en el pezón, pero nada que no pueda soportar, me tocaba el control médico, pero pasaron dos horas y unos 20 pacientes aguardando la llegada del profesional que nunca llegó. Me impresionó mucho que un paciente sufriera una descompostura mientras esperaba, se puso rígido y según quien lo acompañaba convulsionaba, increíblemente no había ningún médico que lo pudiera atender, la secretaria llamó un servicio de emergencia que se hizo presente luego de 30 minutos y finalmente el paciente fue llevado en la ambulancia. Quedamos todos los presentes un tanto shockeados, es imposible no relacionar este triste acontecimiento con uno mismo.
Llegué a la sesión 36 finalmente, siento que terminé una etapa, me siento muy bien anímicamente, pensaba retomar mis actividades laborales pero el Médico radioterapeuta me dijo con total convencimiento que bajo ningún punto de vista debía trabajar, que era necesario que me tomara 30 días de descanso, me sorprendió mucho esta determinación pero no voy a contradecirlo, presumo que tiene algún fundamento, en 30 días debo volver a ser controlada por él, también debo ver al Dr. Blajman en unos pocos días, no entiendo para que me deben seguir controlando por las radiaciones, al parecer siguen actuando, pero no creo que con un examen a simple vista puedan detectar algo, quizás sea mi ignorancia, pero no estoy muy convencida y no me gusta mucho recorrer médicos sino es estrictamente necesario, haré la consulta pertinente al oncólogo.
Ya avisé en mi trabajo que me tomaría 30 días más, reconozco que siento cierto pudor, sé que es lo que me corresponde pero igual no me acostumbro a estar tanto tiempo sin trabajar, la jefa de personal es muy amable conmigo cada vez que me comunico, igual mi jefe que me mandó un mail para el día del amigo, me reconforta mucho sentir el sincero aprecio que me dispensan, al igual que mis amigas para las que no me alcanzan las palabras para expresar lo fantásticamente bien que me hacen sentir, recibo permanentemente muestras de cariños y amistad que me gratifican muchísimo.